domingo, 25 de febrero de 2007

Lola, toma casting

A ras de tierra Gala Évora será Lola Flores a partir del 16 de marzo, cuando terminen de montarla, la película, que son vuesas mercedes muy suspicaces. A Galita, que ya se ponía colorá cuando cantaba las letras de su padrecito en Papá Levante, gloriosas y pastosas coreografías de chochonas sin remedio que ya hubiera querido para sí el pobre de Amargo, el chicarrero, ese que de tanto anunciar en la camiseta su poder como director de la gala de los teleñecos más comentada en los últimos siglos, salió escaldado y con el culo pelado por las cenizas del Teide.
Gala Évora será otra Lola de España, no la amante perpetua de El Junco, si no la señora del Pescaílla y otros amoríos sólo sugeridos. Gala fue designada, a dedo, como debe ser, a cara de perra. Todo hubiera sido normal si antes, Miguel Hermoso, director de la blandengue y dulzona historia de La Faraona, no se hubiera pasado antes por la piedra del casting a 600 mocitas jerezanas que se soñaban dignas sucesoras. Miguel no debió quedar satisfecho y se buscó el arroz fuera del proceso de selección. Cosa normal hasta en las mejores familias. Lo encontró en esta mocita de Sanlúcar de Barrameda, de Los Sanlúcar de toda la vida. Pobres muchachas las que se creyeron el cuento de la selección de la especie. En fin, el cineasta se llevó lo que más quería: la publicidad previa a precio de risa.

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