miércoles, 30 de mayo de 2007

Sexo duro en campaña

Sexo duro
Cierto que el asunto no tiene ni punto de comparación con el programa de Tania Derveaux que prometió una mamada a los cuarenta mil primeros electores que la votasen. Y a ellas que les den. Verdad que los belgas, por eso de ser trilingües, deber tener como un plus de facilidad para cumplir estas promesas. Pero me temo que tampoco, que a sus veinticuatro añitos, si algo ha entendido es que las tales no se hacen para cumplirlas. Una pena, hubiera sido un modo diferente de llenar su agenda. Estos planteamientos todavía no cuadran en las de nuestros candidatos. Aunque igual estamos en el camino. Recordarán que Esperanza Aguirre ya declaró su predilección por el sesenta y nueve en plena precampaña. Otra opción es regalar estampitas de San Jorge, que es la especialidad de José Blanco, el secretario general del PSOE, a candidatos como Rafael Simancas, papaíto Rafael, y a Joan Ignasi Pla, que iba por Valencia, pero comprenderán que no tiene punto de comparación. Y además me temo que con San Jorge, lo que diga la COPE irá a misa. Se creería que con Montilla en la Generalitat el negocio estaba hecho.

lunes, 28 de mayo de 2007

Cuaderno de campaña: promesas de amor eterno y de lo que sea

Cada día admiro más a José María Aznar aunque a días se pase cuarto y mitad, pero es que los poetas son así. Y es que si lo suyo no es pura poesía (aunque el maestro Caballero Bonald no lo trague por esas guerras que nos legó) todo lo demás son cuentos. Aunque nadie dijo que la poesía sea cosa de pacifistas. Ya ven, Garcilaso, si no clavaba una espada en lo más hondo de un pecho, tampoco era capaz de componer una égloga, un soneto a lo mejor; ya saben que un soneto lo escribe cualquiera.
Pues bien, a lo que íbamos, uno, cuando creía que lo más que vería en la última campaña electoral sería la promesa de ZP a los trabajadores de Delhi en plan cantar de ciego; se encontró de bruces con la más hermosa declaración de amor de los últimos siglos electorales. Si Ana Botella no le hubiera negado los labios en el último momento (pero ya saben que la doña es mucho de guardar las formas) y ambos hubiesen dado rienda suelta a su pasión de funcionarios públicos en excedencia -¿O será en excelencia?- el gesto hubiese pasado a la historia política amorosa de nuestra nación. Aunque dios me guarde de declaraciones públicas de amor y lealtad eternos. Todavía recuerdo la propia de Muñoz, reafirmando su vida en pareja con la Zaldívar, y días después a la señora quitándose la espinita del desamor y los recuernos, desgañitándose en directo en televisión, y sin cobrar, que es más grave. Claro que lo de Ana y José –como lo llama ella- no tiene ni punto de comparación, en casa de los Aznar las bolsas de basura son para lo que deben ser. “Y ahora que somos abuelos quiero reiterar mi amor ante testigos”, dijo este poeta con look de pijo de Carabanchel Alto, y que si hubiese vivido en tiempos de Primo de Rivera hubiera terminado de miembro de la Generación del 27. Pena que su niña se casase con Alejandro. Ya me cuidaría yo de dejarlo sólo en las carreras y menos en compañía de Il Cavalieri, que ya saben que –sin Viagra o con él, Menen aparte- se monta las reuniones de trabajo en grupo.
Claro que el premio a la promesa del año en esto de los negocios de lo duro si dura dos veces duro, debe llevárselo Nadal Galiana, el candidato socialista en el pueblo alicantino de Finestrat, que conociendo por dónde va el agua al molino y cuales son las necesidades de su electorado –digo yo que lo habrá basado por lo menos en un estudio de mercado- está por financiar el gasto contra disfunción eréctil. Eso es preocuparse por un pueblo satisfecho y lo demás son cuentos. O poesía, como ya dijimos. Y por si llega el caso también promete píldoras anticonceptivas de emergencia. Es lo que se dice pensar en todo. O en casi todo, que algo tendrán que aportar los electores y las electoras, o se creían que ya estaba todo hecho.
Mejor fue la propuesta virtual de Candi, la replicante de Paloma Sainz en Second Life. La candidata del PSOE a la alcaldía de Oviedo se ha codeado virtualmente y para la ocasión con Hillary Clinton y la entristecida Ségolen. Ahí sí que puede prometer lo que quiera, es gratis, sin problemas, casi como en la vida real. Por lo menos no le pasará lo que a Pilar Sánchez, candidata socialista en Jerez de la Frontera (Cádiz) que se tomó tan en serio lo del cambio radical, que sus paisanos creyeron que se presentaba al puesto miss Jerez. Tuvieron que sustituir toda la cartelería para tratarla de las secuelas propias de abusar del Photoshop.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Odiar a la Pantoja

Se ha puesto de moda odiar a la Pantoja, la carcelera de España. Verdad es que ha hecho méritos. Quizá los que más Jorge Javier y Carmen Alcayde, los del Tomate. La compi de máster de Letizia hace el papel de mosquita muerta pero en cuanto puede mete la pulla.
Reina en el país de los tuertos Pepa Jiménez, apaña exclusivas que no le perdona a la tonadillera que tiempo ha, cuando trabajaba para Agustín Bravo en Canal Sur, la dejara en evidencia y le tapara, por lo menor durante treinta segundos, su boquita de piñón fijo.
Ángela Portero, de KORPA y tiro porque me toca, también juega fuerte. Aunque no tanto como Mila Ximénez, que transpira un concentrado de odio sin suavizante. Se la comería con papas si pudiera. Rompe moldes Jesús González, el reciente novio de Sandra, una de las musas de Gran Hermano, ex amigo de Kiko Rivera y que promete, mientras le paguen, vengarse del niño. A estas alturas uno se queda con la Patiño, pequeñita y peluda, aunque menos que Platero, que se jacta de no mezclar las churras con las merinas, el trabajo con las amistades. Y no como Lydia palabra de honor, otra

Destino Malasia:

A Marbella le vendría bien que se le apareciera una virgen. Y no hablo por Yola Berrocal que se postuló de alcaldesa con promesa de silicona para todas. Y para todos. Mientras Yola toma posesión nos quedamos con Paulino Plata, del PSOE, que quiere poner su trasero, hasta ayer turístico, en el sillón que pisaron con garbo y caradura Jesús, Julián y Marisol. Con su permiso espero sentado un autobús que me llevará por la ruta Malaya. El que no saque partido de este vodevil con tintes inmobiliarios que venga Roucco y lo santifique. Y si tiene que pedirle permiso a Benedicto que se lo pida, servidor se ha quedado más tranquilo desde que sabe que a los narcotraficante les espera el infierno, palabra de Papa. Mientras espero me reafirmo en que si la carcelera de España se hubiera comido un veinteañero, que es lo que dice la publicidad, estas cosas no le habrían pasado.
Y el minibús que no llega a la parada cercana a la Cafetería Marbella. Otra vez me monté en uno que me llevó a Ambiciones, a la finca torera de los Janeiro en la sierra gaditana de Prado del Rey. Me corrí de gusto –perdón, que hay menores a la vista y esto no es un corto de Pepe Catman, director andaluz de cine porno- con la fotografía que adornaba el salón del cortijo: Jesulín llamaba por el móvil desde el centro de la plaza, desde donde otros brindan los toros. Don Jesús acaba de retirarse. Fue en la plaza de toros de Jerez. Le dieron una oreja, que no es poca cosa. El rabo se lo llevaría puesto. El autobús es blanco, como el candidato socialista a la alcaldía. ¿Será publicidad subliminal?
Me ofrecen el viaje en taxi pero prefiero mi autobús. Nada mejor para sentir cerca a la humanidad. Y con las calores más. El bus malayo tiene pinta de pasarlas canuta en la ITV. Los encausados retratados por el juez Torres sonríen en fotocopias tamaño A4 con escaso glamour desde las ventanillas de la chochona. En mi pueblo a un minibús como éste lo llamaban así. Y al malayo, mirando las fotos, lo de chochonas le queda que ni pintado. Chochonas de armas tomar: Maite, Marisol y las Isabeles. También están Roca, el inocente, y don Julián, el hambriento. Hecho de menos a las Roquitas, las loteras, esas muchachas tocadas por la varita de la suerte.; y a Carlitos Fernández, místico varón desaparecido dios sabrá dónde.
El bus ranquea frente a los apartamentos de Roca. El edificio me parece una pirámide como las que construyeron los faraones egipcios. Lo toco para ver si me traspasa algo de suerte para la primitiva. No pudo ser, o por lo menos no duró todo lo que hubiera deseado. Lo mejor de la travesía llega cuando recala en “La Pera” para ver la chabolita de “Mi gitana”. “De aquí salieron presos Julián y Maribel”, dice mi compañera de excursión. “Son las cosas del amor”, le digo yo. “Amor al taco –pienso-, como diría César Cadaval de Los Morancos. Me cayo porque el fervor pantojista de mi compi me hace temer lo peor si descubre mi interés periodístico. En la puerta del chalé una manada de periodistas hace guardia por si Kiko sale a comprar tabaco.
En las ventanas del Hotel Guadalpín se reflejan las pocas nubes primaverales que alivian el sol marbellí. La comisaría de policía y los juzgados se incluyen en el billete. Pasamos rápido no sea que al juez Torres le dé por preguntar. Y servidores ni bolsas de basura, ni comisiones por mover papeles, ni relojes ni boleros… ¡Vaya cuadrilla más triste!

miércoles, 9 de mayo de 2007

La caquita de la infanta Sofía

Y la niña hizo pipí. ¡Qué monada!, dijeron al unísono todas las visitas. Y siendo tan lista como mamá no llora ni por las noches. Duerme cual lironcita real. Mamá puntual le da la teta ¿O no? ¿O las princesas tienen los pechitos para otros menesteres? Las presentadoras no, que yo me conozco a una que es del club de la Gota de Leche, leche de presentadora de televisión, es de suponer. Y la niña se hizo caquita, mierda real. Suena mal, pero en fin. Y la caquita real será azul. ¿O no? Cuánto ha cambiado todo. En los cuentos ni las infantas ni los príncipes hacen esas cosas. Las princesas tampoco. Un osado periodista hace guardia junto al contenedor al que llegará el presente. Son los riesgos de la profesión ¿A qué olerá la caquita real? ¿Lo sabrá Peñafiel? Lo mejor es que escriba otro libro. ¿Y la prima tiene dientes? ¡Vaya niña más graciosa.
“Felipe, mi rey, ¿Le cambias el pañal?” Los reyes modernos ya no son lo que eran. “¿Preparaste el bibi?” Los príncipes de estos cuentos saben hasta que después de la toma hay que coger a la nenita y darle unos golpecitos en la espalda. Piiiii… Plaff… Anda, un pedito. Pedo real y con dotación presupuestaria, por supuesto. Los cuentos ya no son lo que eran.

Sofía Borbón Ortiz: No somos más tontos porque es imposible

Asisto atónito al circo monárquico, perdón quise decir mediático. Las autoridades deberían conceder al pueblo ocho días de fiesta y otros tantos de corridas –ustedes ya me entienden- como antes, cuando los reyes eran reyes y el circo no estaba en decadencia. En mi salón de golpe y porrazo me crecen los Dolce Vitas, los Cantizanos y el pelotón de reposiciones que presenta la dulce y separada musa de Marina d'Or. Manda huevos la actualidad, el interés informativo y la relevancia de los papás de la criatura.
Ese mismo día y a esa misma hora seguro que nació alguna princesita más. Siempre hay quien goza de esta coincidencia y tiene su minuto de gloria. Es gratificante saber que ambas tendrán el mismo horóscopo, el mismo ascendente y hasta la misma carta astral, palabra de Aceves, el mago. Pero sólo una de ellas tendrá, digan lo que digan los astros, el futuro y la exclusiva garantizados. Las ventajas de caer de pie y con corona.
Pero el abuelo se hizo esperar. ¿Y quién le pone hora al Rey? ¿Dónde estabas abuelo? ¿Cazando osos borrachos? De visita privada, dijeron; descansando, apostillo su casa, la Real. ¿Cómo? ¿Pero tendrán los reyes agenda privada? Amando de Miguel redice en la COPE que no. Y ya saben que en la casa del señor no dicen metiras.
A lo mejor don Juan Carlos se enfadó por el nombre. Esas cosas pasan. Quizá todo fue por eso. Sofía, como su abuela, una reina muy profesional. El adjetivo quiere decir más o menos que ha tragado mucho sin rechistar. Para eso le pagan ¿O no? ¿Y quien cobra más Rajoy o la Reina?

El abuelo ausente
Y el Rey siguió sin aparecer. Y el personal esperando. ¿Estará enfadado de verdad? Y cuando fue a la clínica casi ni saludó ni a los periodistas; a los tristes periodistas que querían regalarle unos patucos ¿Y no la podrían haber llamado Juana? Ese nombre tiene solera e historia. Seguro que hasta a los de la Memoria Histórica, que son más bien rojillos, les habría gustado. Juana, como la Loca; y Felipe, como el hermoso; como papá.
¿Y el Rey dónde estaba? ¡Más allá de Rusia supongo! Ya ven, a la abuela casi le dio tiempo de ir y de volver? ¿Serán los imprevistos de quedarse de Rodríguez? Cualquiera sabe, sólo él lo sabrá. Yo sólo sé que Zapatero –otro Rodríguez- lo esperó sentado. Y Rajoy también. El más feliz fue Gallardón que tuvo tiempo hasta para tapar otro par de zanjas. ¿Y si el Rey no está no va ni dios? Y los fotógrafos pendientes. Y Cristina también tardó, liada como estaba con el cumple de Miguel: que si las velas, que si la tarta... Al final tendrán razón los que dicen que desde aquel feo a los Urdangarín nada es igual entre las cuñadas. Raro raro. Un cumpleaños tampoco es para dejar para lo último la visita a quien con un cambio de sexo podría hasta reinar. Es cuestión de hablar con Teresa Viejo para que le apañe un cambio. Y además lo hacen en clínicas privadas. Por ahí sin problemas.
¿Será verdad que en la red pública de salud no saben hacer una cesárea? Seguro que no. Y además, los de lo público son capaces de querer que las células madres se queden a disposición de quien las necesite. Eso si no pierden antes el cordón. En la privada esas cosas no pasan. Exacto. Vergüenza real les tenía que dar; pero en fin, ellos sabrán. Y las células madre a su sitio, al fresco en el Cord Blood Registry de Arizona (EEUU), como manda la tradición. Y después a rezar. Que las virgen de Atocha, protectora de los Borbones desde el siglo XVII, los ampare.