domingo, 29 de abril de 2007

El vocero rosa del régimen

El mozarrón del norte, Joselito Moreno, puede darse por contento. Si a Jaime Peñafiel, vocero rosa del régimen, le cae estupendamente, lo que piense el Rey de Francia no debe tener la más mínima importancia. Si don Jaime, que es el que entiende de esto le ha dado su bendición aristocrática rosada, ya podría darse por satisfecho. Y más sabiendo cuán selecto es el ex vocero real. A Peñafiel debemos el descubrimiento mediático de la nietísima y esa aportación a nuestra historia si no es arte que venga Tita Cervera y lo vea. Y como un favor con favores se paga, ahora, y porque puede, le ha dedicado un libro, entiéndase, una cosita con hojas que ya saben que se vende en los supermercados y otros libródromos. Todo sea por ayudar a subir los índices nacionales de lectura, aún a costa de una repija que nunca supo a qué se dedicaba su abuelo. Ella era tan moderna que siempre, incluso ahora, estuvo por encima del bien y del mal. Y seguro, que siempre tuvo clarísimo que lo suyo, y lo de su familia, era un don que había que agradecer a dios -al suyo- y a sus esbirros que lo sacaban bajo palio.

domingo, 15 de abril de 2007

Los súper abuelos más deseados del siglo XXI

Joselito Campos, nuevo señor de Meirás (¿o estos títulos no se heredan?), ha definido el de las exclusivas como “el mejor negocio del mundo”. Acaba de empezar y ya es todo un experto en economía social y nuevos yacimientos de empleo. Pero lo cierto es que debe ser verdad verdadera, porque uno, que tampoco es muy listo, entiende que sí, que siempre será mejor que coger un pico y una pala, aunque sea para enterrar las vergüenzas históricas de la familia de su señora. A Joselito no le preocupa ni siquiera el tema financiero, para eso este muchachote del norte tiene a su lado a una especialista en tales menesteres: Carmencita la bailona –y que de eso no se entere Francis Franco que se enfada-. A la musa rebelde del franquismo habrá que reconocerle que tiene la gracia en el culo, como las avispas, y ahora más que le crece a ritmo de fabada.
La nietísima tiene arte, aunque no tanto como cuando se hacía llamar princesa, seguramente por la marca de las bragas que ya le regalaría entre la admiración y la vocación su abuelito del alma, aquel dictador para el que esperamos dios guardase un huequecito en el infierno.
El abuelo consorte
Joselito, su último hombre, ya ha confesado que él en eso de las exclusivas es un mandado, servicial pero mandado al fin y al cabo; como cuando Juanito Maravillas pululaba por los camerinos del folclore nacional, mirando sin ver y como testigo ejemplar y mudo. Eran los tiempos del abuelo. En fin ella las negocia, ella las cobra y él, como un extra en la en la película de la vida de esta súper abuela de principios de siglo, hace un cameo al modo de las grandes estrellas; casi como Risto Menjide en Los Serranos. Y si no tiene que hablar mejor, no vaya a ser que meta la pata y el disgusto le estropee un buen partido de pádel, que es a lo que juegan las clases aspirantes del país desde que José Mari lo dijo. Un tío con suerte, o un abuelo consorte, que no sé qué será mejor o más adecuado. Una pena que el niñito Luis Alfonso no haya querido todavía hacerse cargo del buen mozo; aunque tampoco sabría decir si eso es infortunio o suerte. Habrá que esperar a que la niña se preste a recibir las aguas sacramentales. Entonces se escribirá otro capítulo de este culebrón hispano venezolano.
Pero quizá de todo este entuerto y aquel casamiento revistado –he creado este palabro porque no puedo decir televisado- las que más se alegraron fueron las muchachitas de su Asturias patria querida, que ya estaban hasta las ingles de aquel solterón empedernido. Si alguna lo hubiera pillado España no hubiera podido vivir con expectación y colorines esta parte de nuestra azarosa historia.
En cualquier caso, por si se equivocan, deben saber que yo, con la Carmencita que me quedo es con la que presencié en pleno corazón de África, y que ustedes pudieron ver también porque fue retratada en plena aventura en el BOE del corazón. En el continente negro tienen un recuerdo imborrable de la musa y ya -puedo asegurárselo- todos los lugareños la conocen como la masai blanca. Ese día, cuando la vi vestida de pantera, pantera rosa por supuesto, casi no pude conciliar el sueño. Sólo de pensar que un guepardo pudiera arrancarle de un tajo las piernas que nos enseñó con el permiso de la musa de Marina d’Or me ponía malo malísimo. Y en tanto Baltasar Garzón con las abuelas argentinas de la plaza de Mayo. Como siempre -y con perdón- algunos no se enteran de quienes son las que escriben la historia.

miércoles, 11 de abril de 2007

Risto ha resucitado, adiós a las vírgenes

Ahora que terminó la semana en las que las vírgenes tomaron las calles de mi querida España –me salió un poco Cecilia- voy a pararme un rato en estos menesteres. Si se me nota las secuelas del incienso me perdonan. Aunque para colocón el que cogí cuando supe que a Esperanza Aguirre le ponía el sesenta y nueve. Fue así como entendí una de las claves de la obsesión de Federico Jiménez Losantos por la presidenta. Y es que donde se ponga una niña de derechas... Y eso que todavía no ha llegado mayo, que después ya veremos. Una pena que fueran sólo los días que le faltaban para pasarse al personal por la urna. Así gana cualquiera y además se hace campaña para la prevención de las caries.
Poco después me veo a Bill Clinton, ese muchachote que nos gobernó tiempo ha, junto a Gabriel García Márquez, el amigo de Fidel, el de los Cien años, el de Macondo, el de las putas tristes, y me dicen que estaban los dos en IV Congreso Internacional de la Lengua. Al principio no lo entendí. ¿Bill, el maridito de Hillary, el del despacho oral? Fue entonces cuando sin ser Pitita Ridruejo se me apareció la virgen y entendí su presencia en el congreso de la Lengua. Él sí que sabía de qué se hablaba.

Mejor con la lengua
Y es que los académicos se las traen. Les hablas de la lengua y lo pierden todo o casi. Desde que supe que Dámaso Alonso, maestro de maestros y cronista del Veintisiete, como mejor recitaba los sonetos era sin calzoncillos, tengo la certeza de que sólo la literatura nos hará libres. Menos mal que el amigo Raúl Adolfo Hachén prepara en Rosario, en su Argentina del alma el congreso de las otras lenguas, las españolas y las indígenas Yo iría. No sé si estará Bill, aunque lo dudo; lo mejor sería invitar a Shakira, que es más guapa, más apañada y además está haciendo méritos con esas cosas. ¿O por qué creen que su último disco se llama “Fijación oral”? En esta vida nada pasa porque sí. Las casualidades se quedan para las OPAs y a lo mejor dan para comprase un pisito “manierista” en pleno entorno renacentista en Palma (¿empalma? otra vez me salió, no tengo solución), quise decir en Baleares, donde Jaume Matas. Pero créanme, él no quería, pero vio aquellos cuerpos desnudos de Ádán y Eva adornando los muros, aquellas testas en capiteles y columnas, aquella corte de ángeles con guirnaldas y escudos adornando puertas y ventanas, que no se pudo resistir y se dijo, me lo compro antes de que se le antoje a Lucía Bosé, por lo de los ángeles, ya saben.
Eso es amor al arte y no lo de Tita Cervera. Y eso que la baronesa, emulando a María, la madre de Jesús, pero mejorándola, ha tenido dos soles rubias como el sol sin conocer varón. ¡Qué cosas! Y es que donde se ponga el Espíritu Santo que se quite la aristocracia. Pero la experiencia es la experiencia. Ya ven, hasta Jénnifer López lo ha dicho al presentar su último disco: “No hubiera podido hacerlo sin vivir determinadas experiencias”. Y fue entonces cuando me quedé mirando a Marc Anthony que no quería salir en la foto. Tuvo que hacerlo cuando le preguntaron a ella por lo que tenía él para tenerla así. Y él se subió al escenario y lo señaló entre pitos y flautas. “Todo lo que hago es natural”, apostilló ella. Y me lo creí, que uno no es como Risto Mejode -gracias a dios- que es como lo llama Luis del Olmo, que ahora lo tiene de ayudante de cámara en su “Protagonista”.

La última vez de Banderas
Jennifer es bilingüe y eso ya saben que da puntos. Como ama una mujer es el primer trabajo que hace totalmente con nuestra lengua. Y yo encantado de que hagan esas cosas con mi lengua. Esta reina acaba de terminar una peli con nuestro Antonio, La ciudad del silencio, en la que se denuncian los crímenes de mujeres en Ciudad Juárez, en la frontera mejicana con los negocio de Bush. Nadie mejor que estos dos latinos para denunciarlo.
Antonio ha vuelto un año más a Málaga para cargar el trono de la Esperanza. Claro que Banderas ya ha advertido que seguramente será el último, que ya no está la cosa para ir de vírgenes, que el cuerpo se resiente, que ya no aguanta. No dijo exactamente eso, pero en fin, ya me entienden. Y es que con las vírgenes no vale cualquier cosa y después Melany hasta se le enfada.
Y además, vírgenes cada vez van quedando menos. Ya ni Mónica La Virgen, aquella gloriosa participante de Gran Hermano. Desde que la tal supo que detrás de las telarañas había vida nada fue como antes. Y es que este país ya no es la reserva que fuera.