Enchufada y feliz

El novio metrosexual de Ana se pasea por Cibeles. Hasta Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, es de la opinión de que cumple con el nivel exigido de masa corporal. Se le supone diremos, ya que nadie puede demostrar que se haya sometido a las pruebas del centenar de jovencitas que aspiran a pasear sus carnes entre ropitas. La madre del muchacho estará muy contenta. Ha pasado de enseñar lo suyo a cobrar por enseñar las cosas de otros, en este caso de Francis Montesinos.
Una pena que el gesto de Anita la fantástica sólo sirva para hacernos saber que sobre Cibeles puede pasar cualquiera, además de ayudarnos a comprender que en este puto país, uno puede ser inútil total, que si tiene padrino, o madrina –ella irá de hada- se bautiza. Dicho y hecho. La pena es de los miles de jóvenes que se parten el culo paseándose por los casting del mundo o en escuelas de modelos ignorando que las puertas se abren para enchufados y otras yerbas. Aunque todo apunta a que la enchufada debe ser ella, a ella le gusta todo lo pequeño, excepto en cuanto a prótesis de silicona se refiere. Ella está muy feliz. Un día de estos nos enteraremos de que acaban de nombrarla presidenta de honor de la asociación El tamaño no importa. Las facilidades que da la microderek es una gozada, todo comodidad. Mientras ella se lo monta servidor se parte de risa cada vez que leo el titular en el que ella se jacta del miedo que le tenían a sus series la competencia. Menos más que la audiencia, que debe ser sabia, la puso en su sitio. Como le falló la fuente de ingresos ahora se monta estos numeritos amorosos. Se la ve feliz, estirada y requetecorta. A ella le va todo lo pequeño, excepto cuando se trata de implantes de silicona.