martes, 11 de septiembre de 2007

Las extrañas manifestaciones del poder

El sumo pontífice del busca que te busca y de esta casa desde la que os escribo, Eric Schmidt, esa religión que profesamos más de dos y de tres, llegó en coche blindado a Bollullos de la Mitación, -¿Y eso qué es?- un pueblo de Sevilla con más o menos 7000 vecinos. En Googlelandia siete mil almas se mueven antes de que se persigne un cura díscolo impartiendo la clase de Eduación para la Ciudadanía. En el sitio –en Bollullos, decíamos- se celebraba la Convención Europea de Google Be connected 2007. Una pasada con un gigante de la bolsa –y la vida- de fondo. Dijeron que el amigo Eric bajaría de los cielos en helicóptero privado, como en tiempos lo hiciera sobre las nubes otro enviado, pero por esas cosas que pasan este nuevo mesías llegó en vulgar papa móvil, en coche blindado, casi como el Padre Santo de Roma, el último biógrafo -¿No autorizado? ¿O sí?- del niño de María, el homo antecesor. Los google adictos en adelante tendrán que poner más de una vela a la virgen de Cuatrovitas -pasión bollullera- , además de las correspondientes a YouTube.
Nada se ha sabido del sermón que diera Schmidt en el Aljarafe sevillano, ni tampoco si el enviado multiplicó los panes, los chips y los peces. Sólo supimos que 3000 personas humanas al servicio del Imperio desde Europa -¿serán humanos estos que lo compran y encuentran todo?- se sentaron allí mismo dispuestos a escuchar durante dos días a su santidad y a otras yerbas; y hasta un poquito de flamenco, y hasta a los francesitos Gipsy King, otros enviados. ¡Con qué cosas se entretienen los poderosos!
Pero el poder se demuestra andando o hablando. Y si no vean la que ha montado doña Teresa. ¡Qué Punto radio tiene! ¿Pero será montar la palabra adecuada? Habrá que preguntarlo a don Santiago García, su último amor. Aunque a la diva por la que se le van los vientos últimamente es por Tele5. La teresiña busca hueco entre las feas y las grandes hermanas. La otrora presidenta del club de fans de Bárbara Rey, por los odios pasados y por los que vendrán, la ha liado buscando unas décimas de audiencia y para hacerse notar en el Protagonistas que dejó don Luis. Pura rumorología. Y así que dijo lo que dijo y en La Zarzuela temblaron los cimientos, y a doña Sofía -tan profesional- casi le da algo. Es el poder de los chismes. Que tome nota el fiscal y la denuncie por desestabilizar la monarquía. ¡Qué falta de profesionalidad! Y esas cosas a ciertas edades no tienen perdón. La III República y la audiencia se lo paguen.
Pero mi mandón preferido es don George; Bush niño, quise decir. Toda una poderosa institución en esto de meter la lengua –perdonen, que para esos otros republicanos lo de meterla según y cómo puede ser hasta pecado-. Pues bien, el niño de Bush, persiste en ser la esperanza de millares de estudiantes que ven que ser zoquete cuenta como mérito para gobernar este puñetero mundo. O hasta más, igual es la prueba del algodón para los que dicen que para lo que ha de decidir un político, mientras más huevo frito sea mejor. Por eso para que nadie le negase su valía, cogió el buen hombre y se fue a una cumbre –¿le afectarán las alturas?- de la APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico) y los tomó por sus colegas de la OPEP. Pero como todo es mejorable en esta vida, dio un paso más y confundió poco después Austria con Australia. Eso tampoco le impidió sentirse satisfecho y feliz. Son las ventajas de la ignorancia o las prebendas de ser un genio. Que le den el Príncipe de Asturias. De Australia a Asturias la cosa está hecha.

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