sábado, 31 de marzo de 2007

Las Arenas movedizas

Y eso que Hacienda no ha dicho una palabra. Bueno, la mejicana sí, para mi que para evitar que Paulina Rubio, esa rubita que ni canta ni baila pero vende discos, se una en santo matrimonio con Colate en alguna playa de Cancún. Igual abren una nueva modalidad, e igual que nuestras parejas se van allá a pasar la luna de miel, se apuntan al playeo con la boda incluida. Y todo en el mismo paquete. Y no me piensen mal que ya se van por otro lado.
Claro que si hago memoria los vientos me traen que José Luis Martín Berrocal, presidente del club de fans de Sarita Montiel y ex suegro de Manolito Díaz, el mejor retrato de El Cordobés, fue condenado por enero con dos años y medio de cárcel por algunas de las cosas que en este país dan caché y selectas amistades: Un delito continuado de falsedad en documento oficial y otro contra la Hacienda Pública.
La última en este puchero ha sido la santa madre de Sonia Arenas, uno de los amores peripatéticos de Humberto Janeiro, suegro de La Campa, otra que tiene niño nuevo y cositas telefónicas pendientes: “Deja que te dé un achuchón y nos sacan en el Hola!”, le dijo el excelso patriarca de Ambiciones a la camarera mientras le zampaba cariñoso tortazo en su culo de presunta. A Carmen Martínez Pérez, que es como se llama la madre que la parió y que observarán tiene nombre de Eslava, la han pillado dándole al manubrio entre rumanos en un bareto de nombre Shonia, en el que al tonto baba que acudía pensando que allí vería a sus héroes de la tele le ponían las tarjetas de crédito mirando a Pamplona.

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